Protocolo Internacional de Seguridad Alimentaria nacido en Alemania, reconocido por las grandes empresas distribuidoras de alimentos y al que se han acogido las grandes cadenas distribuidoras de Francia, Italia y algunas españolas.
Se trata de un protocolo compuesto por un cuestionario, a través del cual se puede obtener una valoración cuantitativa de la seguridad alimentaria que ofrece una empresa y obtener el certificado IFS.
Las más importantes cadenas alimentarias exigen a sus proveedores contar con un sistema IFS certificado. Especialmente si los productos suministrados se destinan a marca blanca de la distribuidora, son perecederos o considerados como vulnerables de contaminación.