En la actualidad, el profesional que aspire a alcanzar cargos de alta dirección, no solo debe dominar los procedimientos técnicos de su negocio, sino que se le presupone, además, el dominio de materias legales y financieras y la adquisición de distintas habilidades directivas tales como la capacidad de negociación o la gestión del tiempo.
Pero, sobre todo, debe ser capaz de intuir lo que demanda el mercado antes de que sea evidente, prever posibles problemas antes de que sucedan y planificar las acciones liderando todo un equipo humano.