Las redes sociales se han convertido hoy día en una herramienta de comunicación informal (y no tan informal) imprescindible para cualquier entidad que pretenda tener visibilidad en Internet. En la década de 1990 surgió la necesidad de tener algún tipo de página web para toda institución que quisiera tener visibilidad ante sus clientes/usuarios y en los primeros años del siglo XXI se empezó a valorar decisivamente el aparecer en los primeros puestos de buscadores como Google como síntoma de relevancia en la red. En la segunda década del siglo XXI sigue siendo necesario lo anterior, pero además se ha mostrado fundamental que las empresas e instituciones se hagan visibles donde está su público potencial, que no es en otro sitio que en las redes sociales
Pero para tener una presencia activa, planificada y constante en las redes sociales es preciso dominar una serie de herramientas y técnicas, así como una dedicación importante, lo que ha llevado a que aparezca la función del Community Manager, o gestor de comunidades, una persona cuyo papel es detectar las tendencias de estas redes sociales y participar en ellas en representación de su institución, acercando su imagen de marca a través de estas.
Para gestionar adecuadamente el rol de Community Mannager es precisa cierta proactividad y conocimiento tanto de la filosofía como de los aspectos más técnicos de redes como Facebook, Tuenti o Twitter, sus peculiaridades, el tipo de público que las frecuenta y el estilo de comunicación adecuado a cada una de ellas.