Aunque las personas sanas suelen dar por hecho que son capaces de cambiar de postura y de ir a un lado u otro con poco o ningún esfuerzo, las personas enfermas pueden tener dificultades para moverse incluso en la cama, no somos conscientes realmente de las dificultades que puede entrañar el movimiento, hasta que no vivimos una situación en la que tengamos mermadas nuestras capacidades hasta el extremo. La cantidad de ayuda que un paciente necesita es directamente proporcional a su propia capacidad para moverse y de su estado de salud, pero tampoco debemos olvidar que en ocasiones ocurre que el cuidador no sabe dar las consignas adecuadas, o dar los apoyos necesarios, con lo que la persona no siente seguridad y no colabora en su movilización
Cuando una persona ayuda a un paciente a moverse debe usar una buena mecánica corporal, mantener una buena postura es vital para evitar lesiones en el cuidador y muy importante a la hora de dar seguridad al paciente y llevar a cabo una buena economía de movimientos, realizar el mayor trabajo con el menor esfuerzo.