El aspecto práctico y la contextualización profesional se sitúan en el centro del planteamiento didáctico.
El nivel y el uso de lenguaje abstracto y aparato matemático se han reducido con respecto al pasado atendiendo a las exigencias de un currículo que prevé un perfil profesional de instalador-mantenedor.
Las actividades planteadas a lo largo de cada unidad aseguran un aprendizaje guiado por la práctica de nuevas competencias. Éstas se aplican de forma integral en la Práctica final (de estructura fija y siempre documentada gráficamente).
El Test de repaso se concibe como autoevaluación. Las unidades se cierran con las actividades de Comprueba tu aprendizaje, concebidas de refuerzo y de ampliación.