Esta norma nace de la recomendación de protocolo de actuación a seguir por las administraciones públicas, organizaciones y empresas de tratamientos en el caso de que un conjunto de edificaciones (cascos históricos, cascos urbanos, barrios, urbanizaciones, etc.) se vea afectado por un ataque de termitas subterráneas.
En ella se sistematiza las intervenciones de control de plagas de termitas subterráneas en áreas urbanas, tanto en los edificios como en sus entornos, a través de la definición de una serie de requisitos básicos que ayuden tanto a la hora de realizar un diagnóstico como de ejecutar un tratamiento, licitados de forma independiente.