La exigencia de lograr un mundo más sostenible obliga al aprovechamiento de los suelos disponibles en las obras, aún en los casos de peor calidad. Esto es posible gracias al tratamiento de dichos suelos con cemento para crear buenas plataformas de apoyo y a su empleo en la fabricación de suelocemento que sirva como capa estructural de los viales o superficies a pavimentar. Además, se pueden emplear áridos de mayor calidad para fabricar otros materiales, como gravacemento u hormigones compactados, que permiten que el pavimento pueda soportar elevadas intensidades de tráfico pesado.
Todas ellas son soluciones económicas y respetuosas con el medio ambiente, que proporcionan unos viales de elevada durabilidad y capacidad de soportar cualquier tráfico incluso en las condiciones climáticas más adversas.